Hace unas semanas Ricardo Lagos dijo que "la tarea número uno de Chile es crecer, todo lo demás es música".
Siempre me ha impresionado cómo en política, donde los economistas parecieran ser los nuevos sacerdotes, la literatura, la música, y las artes en general son profundamente miradas en menos.
Creo que sería interesante que a quienes postulamos a cargos de representación los periodistas además de preguntarnos de economía (que sin duda es importante), nos preguntaran de poesía.
Onda "en nuestro gobierno creceremos al 7%, bajaremos el IVA por ser profundamente regresivo, crearemos un impuesto a los súper ricos, diversificaremos nuestra matriz energética, apostaremos por una descentralización que implique autonomía para las regiones, crearemos más becas para escritores, músicos y pintores jóvenes, construiremos espacios libres para autogestión artística en regiones, mi poema favorito es "después de todo" de Teillier, mi disco de cabecera el "Ænema" de Tool aunque últimamente estoy escuchando mucho el "The world won't listen" de los Smiths y no puedo dejar de cantar "Esas mañanas" de Jorge González".
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Después de todo
nos volveremos a encontrar.
El verano tenderá sus manteles en el suelo
para que dispongamos nuestras provisiones
y tú seguirás bella
como la canción El Vino de Mediodía
que el loco tocaba en la leñera.
nos volveremos a encontrar.
El verano tenderá sus manteles en el suelo
para que dispongamos nuestras provisiones
y tú seguirás bella
como la canción El Vino de Mediodía
que el loco tocaba en la leñera.
Después de todo
hay tantas y tantas tierras.
Yo no me impaciento.
tenemos todos los años del mundo para recorrerlas
hasta que de nuevo estemos juntos
y tú me contarás
que una vez me conociste
en un pequeño planeta que yo no recuerdo
un planeta llamado Tierra
y vas a hablarme
de casas visitadas por la luna;
billetes de apuesta a los hipódromos,
nuestras iniciales dibujadas con tiza blanca
en un muro en demolición.
hay tantas y tantas tierras.
Yo no me impaciento.
tenemos todos los años del mundo para recorrerlas
hasta que de nuevo estemos juntos
y tú me contarás
que una vez me conociste
en un pequeño planeta que yo no recuerdo
un planeta llamado Tierra
y vas a hablarme
de casas visitadas por la luna;
billetes de apuesta a los hipódromos,
nuestras iniciales dibujadas con tiza blanca
en un muro en demolición.
Equivoquémonos todo lo que queramos.
La tierra del desamor no existe
ante el gesto tuyo de mostrar las magnolias
de una plaza de barrio,
tu cabeza en mi hombro,
la clara música nocturna de tu cuerpo.
La tierra del desamor no existe
ante el gesto tuyo de mostrar las magnolias
de una plaza de barrio,
tu cabeza en mi hombro,
la clara música nocturna de tu cuerpo.
Un gesto rehace todo:
cuando la casa se incendia
su vida sigue entera
en la hoja chamuscada de un cuaderno,
el alfil sobreviviente del ajedrez.
cuando la casa se incendia
su vida sigue entera
en la hoja chamuscada de un cuaderno,
el alfil sobreviviente del ajedrez.
En otro lugar, lejos de esta tierra y de su tiempo
espero tu rostro
donde se reúnen todos los rostros que he amado,
y comenzaremos a ser otra vez los desconocidos
que hace años se miraban y miraban
sin atreverse a decir que iban a amarse.
espero tu rostro
donde se reúnen todos los rostros que he amado,
y comenzaremos a ser otra vez los desconocidos
que hace años se miraban y miraban
sin atreverse a decir que iban a amarse.
Gabriel da gusto leer como se resignifica la política a partir del sueño lárico que nos evocaba Teillier en su poesía y en los acordes (a veces poco prolijos pero sobrantes de alma) de Jorge González. Un gran abrazo
ResponderEliminar“Equivoquémonos todo lo que queramos.”
ResponderEliminarun abrazo!
al desconocido
oculto tras la imagen publica,
sombra platónica que contrasta
con la luz que brota fluorescente
derrochando humanidad
en un blog