domingo, 6 de julio de 2008

Calidad de los abogados y examen nacional



La preocupación manifestada durante los últimos días respecto del aumento exponencial de los abogados refleja en realidad una inquietud por la calidad más que por la cantidad. No es un problema de número. Lo que se quiere saber es si estos jóvenes profesionales tienen los conocimientos y destrezas básicas para enfrentarse y resolver adecuadamente un asunto de relevancia jurídica. Esto es lo que ha generado preocupación y que afecta -aunque sea injusto- la credibilidad de todas las universidades y Facultades de Derecho, sin importar si son públicas o privadas, antiguas o nuevas.

¿Qué hacer, entonces? Se ha dicho que sea la Corte Suprema o los colegios de la orden los que verifiquen la calidad de los postulantes. También ronda la idea de distinguir entre abogados del foro y corporativos, exigiendo distintos requisitos para unos y otros. En fin, las opciones son muchas. Sin embargo, casi todas requieren una modificación legal, lo que hará engorrosa y lenta la solución, y generará suspicacias respecto de las presiones e intereses en juego. Por esto, parece un mejor camino involucrar a todos los actores de la enseñanza y práctica legal. En Chile existe un modelo muy exitoso en la materia y que no necesitó de la ley: el Examen Médico Nacional. Cabe recordar que dicha prueba es, además, voluntaria para las Escuelas de Medicina. Sin embargo, dado su prestigio, cada vez son más las que, libremente, se han incorporado.

Esta experiencia, que supone la formulación de un examen que mide conocimientos y competencias mínimas al final de la carrera, sirve de ejemplo acerca de la posibilidad de establecer, sin reforma legal, un instrumento preciso, rápido, confiable y menos costoso, que, al mismo tiempo, asegura la participación de toda la comunidad interesada y la libertad de enseñanza de las universidades. Una solución de este tipo puede ser mucho más eficaz para garantizar calidad y flexibilidad que una simple ley. De hecho, actualmente es ella la que regula cómo conferir el título de abogado, pero hay consenso de que ha sido superada por la realidad y que no asegura ni excelencia ni adaptabilidad.

En este sentido, en el ámbito del Derecho podría adoptarse un sistema semejante sobre la base de un examen nacional que mida lo fundamental, lo que ningún abogado puede ignorar. Sobre este cimiento mínimo, cada Facultad podrá desarrollar su propio proyecto, según cual fuere el perfil profesional al que se aspire. Habrá algunas que pongan el énfasis en lo público, otras en lo privado, la de más allá en lo internacional y la de acá en lo ético. En consecuencia, a partir de un núcleo común, nacerán numerosas y diferentes iniciativas que reflejarán los diversos intereses y necesidades, frente a las cuales la sociedad tendrá la información y certeza sobre el nivel de calidad de cada una de ellas. A su vez, las mismas universidades obtendrán de este examen valiosa información sobre la enseñanza y los enfoques que están entregando. Ello contribuirá a su propia evaluación, les permitirá introducir cambios y medirlos, así como fijar planes futuros con metas precisas y objetivos claros. Esto debiera contribuir, como es obvio, a tomar la enseñanza legal muy en serio y a su continuo mejoramiento.

Creyendo en el camino universitario abierto en Chile por las Facultades de Medicina, los decanos de las Facultades de Derecho de las Universidades de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile estiman necesario contribuir a garantizar a la sociedad chilena un adecuado nivel de calidad de los estudios jurídicos, constituyéndose desde ya en una Comisión de Decanos para implementar un Sistema de Examinación que sirva a los altos intereses del país, comprometiéndose a invitar a ella a los decanos que participen de igual espíritu de solidaridad.

Arturo Yrarrázaval Covarrubias
Decano Facultad de Derecho
P. Universidad Católica de Chile

Roberto Nahum Anuch
Decano Facultad de Derecho
Universidad de Chile

2 comentarios:

leo dijo...

Sólo para acompañar el debate, la semana pasada el decano de Derecho de la UDP envió la siguiente carta a El Mercurio:

"¿DEMASIADOS ABOGADOS?

Señor Director:

Se ha generado una intensa discusión a propósito de la proliferación de abogados en el país. Habría que preguntarse si realmente hay un exceso de ellos, pues si nos comparamos con otros países de la región la conclusión debiera ser la contraria. Según CEJA, en nuestro país en el año 2005 había 126 abogados cada 100 mil habitantes, muchos menos que los 340 de Argentina o los 255 de Brasil. Las 42 facultades de Derecho existentes en Chile son muy inferiores a las 674 en México.

Por otra parte, las plazas para abogados han aumentado fuertemente en los últimos años de la mano de los procesos de reforma judicial, que crearon nuevas instituciones que descansan en estos profesionales, como el Ministerio Público, la Defensoría Penal Pública, la Defensoría Laboral y la que en el futuro asuma la representación forzosa en los casos de familia. Todo ello sin considerar el crecimiento del Poder Judicial y de otras fuentes de empleo en el ámbito público y privado.

Si la preocupación es por la calidad de los abogados -y no por su cantidad-, tal como señala el decano Miguel Schweitzer en su reciente columna, la solución no pasa por restringir la creación de facultades de Derecho, ni por pedirle a la Corte Suprema o al Colegio de Abogados que examinen a todos los egresados, tarea del todo ajena a sus funciones. Lo que hay que hacer es entregar información pública suficiente para que quienes deseen estudiar Derecho o contratar un abogado tengan los elementos de juicio suficientes. Esta información la produce hoy el proceso de acreditación de calidad de carreras o programas que administra la Comisión Nacional de Acreditación. Pero actualmente este proceso es voluntario, habiéndonos acreditado hasta la fecha tan sólo nueve carreras de Derecho por períodos que varían entre los dos y los cinco años.

JUAN ENRIQUE VARGAS VIANCOS
Decano
Facultad de Derecho
Universidad Diego Portales"



Saque usted mismo sus conclusiones.

Anónimo dijo...

despues de vivir 12 años en chile, me queda clarisimo que lo que importa es la cantidad, a mas abogados, mas competencia con que lidiar. eso es lo preocupante.
acabo de ver desde mi ventana como un auto se quemaba en avenida españa. todos miraban y seguian. solo 1 persona se detuvo, llamo a los bomberos y espero su llegada.
calidad? un titulo universitario no nos libra de nuestra condicion humana. bienvenidos al negocio de la educacion superior