Cuando el
olvido pretende imponerse, la memoria brota más fuerte. Esa persistencia y
fortaleza, que la derecha nunca fue capaz de comprender, se hace patente hoy, a
40 años de aquel gris Martes 11 de Septiembre de 1973.
Las
organizaciones sociales, los medios de comunicación masivos, y hasta las
instituciones, han hecho ineludible reflexionar sobre lo que sucedió en nuestro
país hace 4 décadas. Sin embargo, cuando se revisa la prensa nacional y se escuchan los discursos oficiales, pareciera
que la dictadura cívico militar que gobernó durante 17 años nuestro país, sólo
hubiera sucedido en Santiago. Las imágenes que remecen, los testimonios que
desgarran, los homenajes que cubren los grandes medios, solo hacen referencia,
o al menos en su gran mayoría, a las experiencias que se sucedieron en la
capital de nuestro país, y una vez más, como tantas veces a lo largo de nuestra
historia, las regiones quedan subordinadas a una memoria santiaguina que pretende
hacérsenos pasar como nacional.
Escribo
estas líneas para, humildemente, recordarle a quien las lea, que la dictadura
que cual pesadilla atormentó nuestro país, lo hizo desde Visviri a Puerto Toro,
desde la cordillera al mar. En Punta Arenas, ciudad donde vivo, cuentan que ese
día los tanques rodearon la plaza de armas, y rápidamente comenzaron las
detenciones y persecuciones a quienes pensaban distinto al régimen que nacía.
Se hizo tristemente célebre el “Palacio de la risa”, centro de reclusión
clandestino donde se aplicaron durante años las más feroces torturas a hombre y
mujeres. La isla Dawson, solitario pedazo de tierra al sur de la ciudad, en
medio del Estrecho de Magallanes, que albergó tanto a dirigentes de la Unidad
Popular, como también magallánicos anónimos, muchos de ellos jóvenes (como no
recordar los versos desgarradores de Aristóteles España, que a los 17 años de
edad cantaba en su poesía las penuras del encierro y la dignidad del
injustamente condenado) fue también sede del infierno.
Y también
fueron las regiones escenas de la resistencia. Chile entero se estremeció
cuando en Punta Arenas, el 26 de Febrero de 1984, el dictador Pinochet fue
recibido en la plaza de armas de la ciudad con una de las primeras protestas
públicas en su contra. Y los magallánicos vivieron lo inescrupuloso de la
dictadura, cuando el 6 de Octubre de ese mismo año, un bombazo destruyó la parroquia
de Fátima, una iglesia poblacional comprometida con la defensa de los derechos
humanos, en represalia a las manifestaciones de Febrero.
Y así, todas
las regiones de nuestro país tienen también su historia de tragedia y dolor, de
resistencia y esperanza.
Por eso
indigna cuando una vez más, los medios nacionales parecieran creer que la
historia de nuestro país sólo se escribió en Santiago. Y es que el centralismo
que impera en Chile no es solo administrativo y económico, sino también cultural.
Y hasta ahora, lo habíamos naturalizado completamente.
Por eso hoy,
cuando las regiones comienzan poco a poco a alzar la voz exigiendo una
descentralización efectiva y mayor autonomía, es bueno recordar que hemos sido
parte esencial en la construcción de nuestra historia como nación, que con sus
oscuros y sus claros, se ha forjado a lo largo y ancho de toda nuestra angosta
franja de tierra, y no solo en los valles capitalinos.
Por eso hoy, desde donde comienza el continente, hoy nos atrevemos a gritar “Desde Magallanes, a cambiar Chile!”
Gabriel Boric Font
Candidato a diputado independiente por la región de Magallanes.
2 comentarios:
Señor Boric:
Creo que también es bueno recordar a los uniformados y civiles asesinados por grupos de izquierda durante el gobierno de la UP y en los atentados ocurridos durante el gobierno militar.
Para que Chile no vuelva a enfrentarse como bandos enemigos, hay que contar la historia completa, no sólo una parte de ella, de lo contrario la historia puede volver a repetirse y de manera más violenta.
Asimismo tiene razón cuando menciona que los medios sólo hablan de santiago, pero eso no sólo ocurre con el 11 de septiembre, sino que lamentablemente en todo orden de cosas, cuestión a la que me opongo ya que siempre he sido regionalista.
Quizás no estamos de acuerdo en muchas cosas y nuestra visión sobre el 11 sea muy distinta, pero lo que si estoy de acuerdo es que Santiago no es Chile.
Saludos cordiales.
Leonel.
Conoci a un gran hombre y politico de Chile que fue detenido en la isla Dawson, fue diputado por Rancagua, era abuelo de mi esposa, me refiero a Héctor Olivares Solis un incansable luchador por la clase obrera de nuestro país, por el trabajador del cobre ,el fue uno de los impulsores de nacionalizar el cobre y fue detenido y torturado solo por pensar distinto,espero que nunca mas en Chile vuelva a pasar algo tan horrible como la dictadura.
Atte.
Andrés Turchan Perrier.
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