A
propósito de mi intervención en icare de la semana pasada he recibido varios
comentarios de los que creo importante hacerme cargo ya que veo en la mayoría
de ellos un espíritu constructivo que busca aportar al debate. Por cierto,
también han habido interpretaciones interesadas que atribuyen a mi exposición
intenciones que no existen, pero cuando la discusión se da en los 1eros
términos siempre es bueno responder.
1-. La exposición, tal como señalo al comienzo de la misma, busca
formular una crítica al carácter del empresariado nacional a partir de
reflexiones colectivas de las que he tenido oportunidad de participar, pero es
a título personal y por ende me corresponde responder los comentarios críticos
que a ella se le hayan realizado.
2-. El objetivo central de mi intervención era, como dije arriba,
realizar una crítica al empresariado chileno, centrándome en su carácter
retardatario, pre-moderno y rentista. Esta crítica creo, es previa al debate de
fondo, respecto al proyecto país que queremos y a la disputa por el carácter
mismo del Estado. Como señalo explícitamente en la exposición:"Yo no creo que
el mercado traiga progreso y felicidad para la sociedad. Soy crítico de la
concepción de Estado subsidiario y nuestra apuesta va por la construcción de un
Estado que asegure derechos sociales universales sin discriminación. Pero para
esta instancia, ese debate he optado por dejarlo de lado para centrarme en una
crítica más básica."
3-. Dado lo anterior, me parece importante recalcar que soy un
convencido de que la apropiación privada de la plusvalía a través del
“mercado” implica necesariamente una relación de explotación, la que por
cierto, creo es deber de la izquierda combatir. Así, el objetivo de mi
presentación no es en ningún caso el interpelar a los empresarios para que
"sean buenos", ni tampoco una solicitud por "más mercado"
como algunos han interpretado, sino más bien, como ya expresé aquí mismo, una
denuncia de su carácter retardatario, y el poner en evidencia la paradoja que
mientras el sector empresarial se siente responsable de la modernización del
país, ellos mismo no son capaces de ser parte de esa pretendida modernidad.
4-. Los 2 puntos precedentes explican el sentido que busqué darle a la
intervención. Sin embargo debo reconocer que el cierre de la misma se presta a
equívocos y es desafortunado. La idea de "invitar a una alianza para el
desarrollo" fue pensada como un recurso retórico pero, revisada con más
calma, entiendo que resulta confusa y puede ser interpretada como una renuncia
a la necesaria disputa por hegemonía a la clase dominante, o peor aún, como un
llamado a obviar las diferencias que existen entre sectores con intereses
contrapuestos. En este punto es importante asumir el error, y procurar ser más
riguroso en adelante.
Para finalizar, reitero mi convicción personal de que es importante
plantear nuestros puntos de vista en todos los escenarios, aunque estos sean
hostiles o sean derechamente de nuestros adversarios en política. Las ideas se
debaten y se enfrentan, no se conversan solo entre convencidos. Creo que
esta es la manera de enfrentar honestamente la política y la única forma de
avanzar.
Un abrazo
1 comentario:
Gabriel las personas leen y entienden lo que su criterio les dicte. pero basandome en tu exposicion, creo que las ideas como tus planteas se debaten entre los convencidos y los oponentes. es ahi donde descanza una democracia sana y fuerte . saludos
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