miércoles, 16 de octubre de 2013

Feliz día profes!!

Para los profes de mi país, este poemazo de Gabriela Mistral como regalo en su día.

LA ORACIÓN DE LA MAESTRA

¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra.
Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes.
Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de justicia que aún me turba, la protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé.
Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Alcance a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía para cuando mis labios no canten más.
Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada hora por él.
Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía sobre tu corro de niños descalzos,
Hazme fuerte aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida. ¡Amigo, acompáñame!, ¡sosténme! Muchas veces no tendré sino a Ti a mi lado. Cuando mi doctrina sea más cabal y más quemante mi verdad, me quedaré sin los mundanos; pero Tú me oprimirás entonces contra tu corazón, el que supo harto de soledad y desamparo.
Yo sólo buscaré en tu mirada las aprobaciones.
Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi lección cotidiana.
Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis menudos dolores.
Aligérame la mano en el castigo y suavízame más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando! Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda.
Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más oro que las columnas y el oro de las escuelas ricas.
¡Y, por fin, recuérdame, desde la palidez del lienzo de Velázquez, que enseñar y amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último día con el lanzazo de Longinos de costado a costado!

5 comentarios:

Pablo Viollier dijo...

Tremendo Gabriel, un gran abrazo desde el norte.

Anónimo dijo...

Hola Gabriel! después de estudiar Derecho en la U. de Chile, me he dedicado a la exploración de zonas de Magallanes y Antártica libres de toda incursión humana anterior. Mi vocación por este territorio me llevó a establecer mi residencia en puerto Williams. He leído tu columna en El Mostrador, y me ha parecido de una lucidez extraordinaria. Me gustaría saber cual es tu email para escribirte sobre mi visión respecto a la importancia y los mecanismos para vincular a Pto. Williams con Antártica, desde la mirada de una persona muy interesada en el tema, que conoce antártica y que vive en Williams.

Saludos,

Cristian Donoso

Anónimo dijo...

Mi email: cdonosochristie@yahoo.es

Anónimo dijo...

Gabriel, ¿por qué eres tan mino?

Patricia Herrero dijo...

Hola Gabriel somo de un frente de mujeres da Latinoamerica, sera posible que lo que publiques tenga un link en facebook para poder compartirlo a la red que disponemos en Latinoamerica??? gracias