Odio
(1954)
(1954)
A veces mi corazón se llena de odio
y mis labios se tuercen en una mueca horrible,
y mis ojos enrojecen como si me rodeara
la extensión devastada de una tierra yerma.
Entonces mi frente se ensombrece
como una interminable bandada de cuervos,
y ya no puedo desear sino tumbarme
como un pantano a maldecir el agua.
A veces el odio se me pega en cualquier casa,
al doblar una esquina, al dejar un asiento,
y ya no puedo apartar su telaraña
como si el viento la tejiera incansable
y el sol la segregara como una inmensa araña.
Yo no se por qué esta sarna inmunda
me persigue a veces los sueños,
cuando los pongo en la palma de la tierra
o los deslizo por un rostro limpio.
Yo no se por qué esta niebla hedionda
nos aparta a cada uno de nosotros,
cuando en los brazos tenemos la parte del sol
que nos dieron para traer al mundo.
Yo no se por qué esta negra espina
reemplaza en mi corazón a una caricia,
y en mi dolor reemplaza a una promesa.
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